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#FoodWaste: Argentina un proceso lento pero encaminado
La reducción de pérdidas de alimentos es actualmente uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Diversos países alrededor del globo están implementando políticas públicas para combatir este flagelo. La disyuntiva que se presenta siempre es la misma, ¿por qué en el mundo sobra comida y todavía existen personas con hambre? La respuesta no es sencilla de responder, hay muchas variables y factores que se ponen en juego. Pero vamos a intentar dilucidar algunas prácticas que por lo menos en Argentina, y más específicamente en la provincia de Córdoba, no se están haciendo o -si se están haciendo- podrían mejorar ampliamente.

El sector agroindustrial es en Argentina uno de más importantes y grandes debido a nuestro modelo económico basado en la producción primaria de alimentos. La Secretaría de Agroindustria de la Nación cuantificó las pérdidas y desperdicios en Argentina, que alcanzan a 16 millones de toneladas en total, y que solo en la cadena de frutas y hortalizas, promedian el 45% de toda la producción. Es por eso que a través del decreto 246/2019, se reglamentó el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos que gestiona la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación; y que ha conformado una Red Nacional con más de 70 miembros del sector público, empresas del sector agroalimentario y ONGs . Además, a través de una resolución del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, se declaró el 29 de septiembre como el día para promocionar la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
Fuentes del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba admitieron que no se elaboran informes sobre la cantidad de pérdidas de alimentos que se generan durante todo el proceso. Incluso el programa que se convirtió en ley provincial (10663) de Buenas Prácticas Agropecuarias si bien trabaja en la promoción de prácticas sustentables, no tiene en cuenta específicamente a la pérdidas de alimentos como problemática a solucionar. La ley estipula una serie de estímulos económicos no reintegrables para los productores agropecuarios que desarrollen sus actividades en el territorio provincial que se adhieran al programa y tambíen para instituciones, entidades y organizaciones que colaboren y participen en la implementación, difusión, ejecución, promoción y desarrollo del Programa de Buenas Prácticas Agropecuarias.
¿QUÉ PASA EN CÓRDOBA?

En el programa se trabajan recomendaciones y técnicas para una mejor producción, almacenamiento y transporte de productos de origen agropecuarios, garantizando la inocuidad de los alimentos y el cuidado del medio ambiente. Desde el Ministerio aseguraron que, aproximadamente de los 25 mil productores que cuenta la provincia, solo 3 mil se han sumado al programa de incentivos en este año, una cifra muy baja teniendo en cuenta la cantidad de producción total de la provincia en el sector. Dentro del Ministerio de Agricultura y Ganadería queda mucho por hacer sobre esta problemática, “no es una prioridad del gobierno trabajar las pérdidas al menos a nivel agricultura a pesar de que es el sector más complicado con esta temática”, declaró Gonzalo Geréz, asesor técnico en BPAs de la Secretaría de Agricultura.
A nivel nacional existe el programa de Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs), que gracias a la resolución conjunta (5/2018) de la Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria y de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía, será de carácter obligatorio para frutas a partir de 2 de enero de 2020 y para hortalizas a partir del 4 de enero de 2021. La misma busca que se produzcan productos agropecuarios de modo que, tanto en la siembra como en cosecha y la pos-cosecha de los cultivos, se cumplan con los requerimientos necesarios para una producción sana, segura y amigable con el ambiente
¿QUÉ PASA A NIVEL NACIÓN?

Además en Argentina existe la Red de Buenas Prácticas Agrícolas que tiene como objetivos promover la implementación de las BPAs, comunicar a la sociedad sobre la importancia de tal implementación y la relevancia de la actividad agrícola en general. Esta misma, en el año 2015, elaboró manuales para productores sobre directivas y requisitos tanto para cultivos extensivos como intensivos. En ellos se trata a las pérdidas como un problema a solucionar y dan recomendaciones para tratarlas.
La pérdida de alimentos se da durante todo el proceso, desde que se cosecha hasta que llega en manos del consumidor final. En el Mercado de Abasto se presentan muchos casos de desechos que según el Ing Gonzalo Geréz se dan por varias razones, “una tiene que ver con la carencia de cámaras de frío para mantener los alimentos en buen estado durante más tiempo; otra tiene que ver con la falta de mano de obra y de logística en el lugar, y por último, también influye la cuestión de oferta y demanda”. De todas formas, como afirmó la investigadora (UNC), Natalia Cervilla: “hace un par de años se está trabajando con el Banco de Alimentos para reducir las pérdidas y convertirlas en donaciones”.
PROBLEMÁTICA EN EL MERCADO

En Córdoba gracias a al trabajo que está haciendo Escuela de Nutrición (UNC) en conjunto con el Banco de Alimentos y La Lácteo, se están diagramando posibles soluciones ante las pérdidas que se generan dentro de la misma fundación por la falta de cámaras de frío. Una de las propuestas tiene que ver con la producción de una sopa a base de lactosuero que se puede mantener y conservar sin refrigeración a temperatura ambiente. Otra vía que se están trabajando es hacer gomitas a base de frutas disecadas para promover el consumo de estás en niños en situación de vulnerabilidad. También el armado de snacks crujientes a base de fruta,s es otra de las posibles alternativas. Con estas soluciones se intenta poner fin a los desechos que se generan dentro del mismo banco y seguir promoviendo una alimentación saludable en niños que son el grupo prioritario.
ALGUNAS SOLUCIONES FRENTE A LA PERDIDA DE FRUTAS Y HORTALIZAS