

Mercado de Abasto: Los alimentos son cuestiones de números
Según el Gerente General del Mercado de Abasto, en el lugar no existen desperdicios sino basura. Los puesteros aseguran que se tiran significativos volúmenes de frutas y verduras.
El Mercado de Abasto es la cuna de distribución de frutas, verduras y hortalizas de Córdoba conformada por 120 puestos. Durante la mañana llegan los productores con los camiones cargados de mercadería y hasta el mediodía los changarines, o pasadores como los llaman en el Mercado, se encargan de seleccionar los productos buenos para comercializarlos. Luego desde las 14 hasta las 18 llegan compradores de diversos puntos de la Provincia en busca de los mejores alimentos.
En diálogo con Marcelo Ruggeri, Gerente General del Mercado de Abasto, afirma que año tras año fue mejorando la cadena productiva. Al lugar ingresan 2400 toneladas de productos por día. Desde el 2010 se redujo la cantidad de basura de 60 toneladas diarias a 15, que es el total actualmente. El progreso fue mediante el abastecimiento de nuevas cámaras de frío, donde pasaron de 100 a 300 en la última década. También se establecieron acuerdos con productores para la post cosecha y traslado térmico. Ruggeri expresó que “son acciones en conjunto con el operador y el transporte”. En este proceso hubo cursos y capacitaciones para la conservación de los alimentos.
Agregó que “lo que va a parar al contenedor ya no es comestible, ningún comerciante va a tirar lo que puede vender. Los procesos de mejora son lentos, se mermaron tres a uno la cantidad. Se pagaban fortunas por el traslado y canon municipal para el enterramiento de basura”. Lo que se destina al basural además de deshechos, son artículos descartables y de empaquetamientamiento de la mercadería. Así mismo, agentes de bromatología visitan el Mercado dos veces a la semana para el control de los productos.
Por otra parte, el empleado de otra verdulería contó que aquella mercadería apartada era juntada por un miembro de una ONG: “Los lunes pasa un chico que se le da un palet de 40 cajones, cada cajón pesa de 15 a 20 kilos”.
En Wiñay, otro de los lugares de venta, expresaron que se desperdicia alrededor de 100 kg semanales, que es el mínimo alcanzado a lo largo de los años. Para lograr esta meta la empresa invirtió en 13 cámaras frigoríficas propias y tres túneles de conservación provenientes de Holanda e Italia.
Marcelo Ruggeri afirmó que no hay desperdicios, sino basura.
Cuando los changarines terminan de cargar los camiones, al costado de las plataformas se observan pimientos, naranjas, hojas de acelga y lechuga, tomates que se caen de los cajones y son pisados cuando los vehículos se van a sus destinos. Finalmente en el último puesto cuestionado, el dueño manifestó que “nada se desperdicia, a todo se le pone un número y se vende”.
Una de las alternativas para hacerle frente al desperdicio de alimentos, es la donación de los mismos. Aquella mercadería que no está catalogada como “linda” para vender pero es apta para el consumo, se la podría destinar a diversos comedores e incluso al Banco de Alimentos de Córdoba. Ruggeri declaró que el Mercado le dona a la entidad 1400 kilos de alimentos semanales en óptimas condiciones, igual que la que se comercializa.
En contraposición a las declaraciones del Gerente, algunos puesteros aseguraron a Proyecto Mango que se desperdician volúmenes considerables. En el primer puesto consultado, el dueño del lugar dijo que de 30 zapallitos que descartan los pasadores, la mitad son aptos para el consumo pero en cuestiones monetarias no les resulta beneficioso venderlos ya que el precio sería igual o menor que el de costo y ante esos números prefieren tirarlos.
Esos artículos comestibles podrían aprovecharse para ser repartidos entre los empleados de cada puesto o dárselas a personas ajenas al Mercado en vez de ser llevados al contenedor de basura. Pero el dueño del local ante esta propuesta respondió que “el verdulero del barrio me odiaría si reparto la mercadería que me sobra entre mis vecinos”.
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