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Del hambre y otros cuentos

El mundo desperdicia 1300 millones de toneladas de comidas al año según informó la ONU, esta cifra alcanzaría para alimentar varias veces a gran parte de la población, las acciones no parecen ser suficientes

El mundo desperdicia 1300 millones de toneladas de comidas al año según informó la ONU, esta cifra alcanzaría para alimentar varias veces a gran parte de la población, las acciones no parecen ser suficientes.

La Organización de Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que en Argentina los principales desperdicios de alimentos que se generan son frutas y hortalizas. La mayor parte de esa comida que no llega a una persona, debe su problema de consumo a falencias en el transporte, deficiencias en la cosecha o un escaso control en la calidad de frutas y verduras.

En el mismo sentido, según el último informe realizado por FAO, estima que  en el mundo tenemos aproximadamente 820 millones de personas que pasan hambre, si consideramos que la población mundial ronda los 7500 millones de habitantes, estaríamos hablando de más del 10% del planeta en esta situación.

Ahora bien, conviene a primera lectura reflexionar: si 1 de cada 10 personas en el mundo tiene hambre, ¿no se puede encontrar alguna forma de aprovechamiento de esos recursos que se tiran? ¿Podría  evitarse esa pérdida?

Son muchos los expertos, las asociaciones y organizaciones que a diario problematizan y elaboran planes de acción para intentar dar respuesta a esta problemática. Se establecen proyecciones de agravamiento de la situación, se crean fundaciones, etc. Sin embargo parece que los desperdicios de alimentos( sea por que no llegan al consumidor o por que son desechados por éste último) no encuentra su punto de apoyo para lograr el escenario que indique solución.

Los emprendimientos gastronómicos desechan los alimentos procesados por seguridad, ya que al elaborarlos no pueden ser donados porque perdieron su cadena de frío y puede resultar dañino consumirlo después de cierto tiempo. Los mercados hacen lo propio tirando mercadería que, por cuestiones de estética o comerciales, no consideran que puedan vender y por lo tanto prefieren desecharlos. Los particulares , por desconocimiento o preferencia, arrojan a la basura cantidades importantes de comida por día. Y así la cadena interminable de alimentos que no llegan a ningún lado.

Pero salgamos del hecho relevante de gente que no tiene para comer, sería posible preguntarnos ¿tanta comida tirada, no causa daño ambiental? 

Pensemos que un tercio de la comida del mundo se desecha y al pudrirse genera gas metano que contribuye a agravar el efecto invernadero del planeta.

En el informe emitido por Panel Intergubernamental de Cambio Climático( IPCC) solamente en Estados Unidos, los alimentos perdidos o desperdiciados generaron gases por un equivalente a 43 millones de automóviles durante el 2018. 

Si tomamos conciencia de las consecuencias de los alimentos desperdiciados, y las proyecciones de necesidad que nos presentan, veremos que el problema es mucho más amplio de lo que parece

 No responde, solamente, a una determinada política pública ni podemos reducirlo a un grupo de ambientalistas o a la ONU para nos digan que hacer. 

Hoy 1 de cada 10 personas en el mundo sufren hambre y la proyección al año 2050 es que 2000 millones de personas a lo largo del planeta estará en esa situación, vale decir que  a un ritmo de crecimiento poblacional constante cerca del 20% de los habitantes del globo podría estar en esta situación. Sería un buen momento para comenzar a pensar como lo podemos revertir,  ¿no te parece?

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