
Cuando la comida sobra…y se tira
Por Juan Cruz Araya
Parece existir una relación entre la cantidad de desperdicios y pérdidas de alimentos y el avance de la desnutrición infantil que preocupa cada vez a las agrupaciones sociales.
La provincia de Córdoba alcanzó un 50% de desnutrición infantil en el primer semestre del 2019, según los datos arrojados por el informe realizado por la agrupación Barrios de Pie y el Instituto de Investigación Social, Económico y Política Ciudadana( ISEPCI).
La situación inflacionaria y de inestabilidad vivida en el país afectó diferentes aspectos de la cotidianeidad de los argentinos, pero principalmente a los sectores más vulnerables que vieron en el incremento de la pobreza y el desempleo, las consecuencias sobre la alimentación (o mala alimentación) de los menores.
En el mismo sentido, y según los datos presentados por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba, durante el 2019 se registró un incremento del 39,8% de las personas en situación de calle con respecto al 2018. Esto equivale a decir que 476 personas pernoctan en la vía pública o en albergues u hogares destinados por el estado para tal fin.
Finalmente y para complementar estos datos, en Córdoba Capital se tiraron aproximadamente unos 270 toneladas diarias de residuos húmedos, durante el mes de septiembre de 2019. Los residuos húmedos abarcan, entre otros, a los alimentos que se desechan tanto desde los hogares, los establecimientos gastronómicos y las grandes superficies de compra.
Si tuviéramos que compararlo podríamos decir que solamente la capital provincial, genera desperdicios diarios por el equivalente a un avión Airbus A380 tal como el que muestra la imagen; llegando a un total mensual de alrededor de 8113 toneladas de residuos húmedos.
Estos datos no resultan irrelevantes si consideramos que un 30% de esa cantidad representa comida que no llega a un consumidor o que es desechada y enviada al enterramiento de Piedras Blancas.
Proyecto Mango dialogó con personal de la Secretaría de Higiene Urbana de la Municipalidad de Córdoba y nos informaron que el porcentaje de alimento es estimado ya que no disponen desde esa repartición un número específico por parte de los concesionarios del servicio de recolección, aunque estiman que el 30% de los residuos sólidos de factor húmedo son alimentos desechados.
Cabe preguntarnos en este punto ¿Cómo manejan los restaurantes o espacios gastronómicos los sobrantes de comida? ¿Se donan, se podrían entregar a las personas carenciadas?
El chef Lucas Galán nos informó que si bien tratan de tener la menor cantidad mermas de mercadería posible, respondiendo a una cuestión de rentabilidad, controlada a través de la gestión de compras; la comida que pudiera sobrar no se puede donar por cuestiones de seguridad bromatológica.
Aunque destaca que la situación en las grandes superficies es diferente, desde los restaurantes no generan volúmenes de alimentos desechados considerables para que puedan ser donados, además de que los mismos perdieron su cadena de frío y resultaría una irresponsabilidad profesional otorgarlos para ser consumidos pasada la jornada.
Por su parte el chef Leonardo Pontino, le contó a Proyecto Mango que al momento de cursar sus estudios se cuestionó el motivo por el cual no se les otorgaba la comida procesada o los sobrantes a las personas necesitadas que transitaban por la puerta de la institución. Sin embargo la respuesta que obtuvo fue que por seguridad no se entrega alimentos que hubiesen sido manipulados ya que pueden generar intoxicación por contaminación y esto le representaría al lugar consecuencias legales; por lo tanto la decisión era desecharlos.
Ambos profesionales coinciden en destacar que muchas veces grupos auto convocados se acercan a los restaurantes o instituciones para pedir donaciones de alimentos para acercarlos a las personas en situación de calle pero se encuentran con el condicionamiento de que deben ser entregados en el día porque de otra forma el alimento podría volverse poco apto para el consumo, en función de la cadena de frío.
Relacionar los alimentos que se desechan en Córdoba y el porcentaje de desnutrición infantil permite reflexionar respecto al uso que le damos a nuestra comida y replantear la posibilidad de que exista alguna alternativa.
Finalmente cabe destacar que, volviendo a las toneladas de residuos húmedos que tiramos en Córdoba Capital, el mamífero más grande conocido por el hombre hasta el momento es la ballena azul. Este cetáceo mide aproximadamente unos 30 metros de largo y puede alcanzar un peso alrededor de las 180 toneladas en su etapa adulta.
En nuestra ciudad tiramos el equivalente a 1,5 ballenas azules por día y conviene preguntarse ¿esta acción no tendrá consecuencias, también, en nuestro medio ambiente?